Debemos intentar siempre obtener el mayor rendimiento posible de nuestro esfuerzo, y esto se consigue a través de la dirección que a él le demos. El "Dr. Lair Ribeiro" en uno de sus grandes libros titulado "El éxito no llega por casualidad" (*Recomendado) afirma que "el profesional que gana tres veces más que otro no está haciendo tres veces más esfuerzo, ni tiene el triple de conociemientos o de inteligencia" y es cierto. Imagina a un albañil y a un abogado, con total seguridad el albañil hace el doble de esfuerzo que su compañero abogado y además realiza su actividad en peores condiciones (sol, frío, en plena calle...) pero adivina quien tiene mayores ingresos.
De poco sirve el esfuerzo que no está dirigido hacia ningún fín, de nada vale el hacer por hacer y el mantener ocupado el tiempo por ocuparlo. El camino se recorre paso a paso y cada uno de todos ellos cuenta, así que trata de no desperdiciar tus esfuerzos en vano y caminar hacía el destino que desees.
Por todo ello, es primordial que antes de comenzar tu andadura dediques un tiempo para pensar hacia dónde quieres dirigirte y traces un pequeño plano o mapa de ruta para saber cómo llegarás hasta tu meta. Éste será un tiempo muy bien invertido ya que te facilitará enormemente el viaje y, además, aumentará considerablemente tus opciones de éxito.
El guía de vidas.
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